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arte

De nuevo ante Pilatos (I) .-18-julio-2015

Posted by Caminante y peregrino

JESÚS  NUEVAMENTE ANTE  PILATOS.- WILLIAM HOLE.- S. XIX - XX
      El procurador romano quedó pensativo mientras veía a la turba que llevaba a Jesús ante Herodes el tetrarca. Por una parte le aliviaba que el tema lo pudiese solucionar, pero no lo tenía claro del todo. De pronto tuvo la sensación de no estar solo y se giró rápido con la mano en el puño de su espada, pero se tranquilizó. La silueta de Claudia, su esposa, a la que tanto quería se dibujaba en el quicio de la entrada.
   
  - ¡Claudia...! ¿Qué haces aquí? ¿Qué te sucede? Te noto alterada. ¿Te encuentras bien?
       - Necesito hablar  contigo. He estado sufriendo toda la noche a causa de ese hombre que te han traído para que juzgues. Cuanto he soñado me ha hecho ver que es inocente...
      Pilatos la dejó hablar escuchando atentamente cuanto le decía. Las cosas que  oía de labios de su esposa se ajustaban a los íntimos pensamientos que él mismo sentía por el Nazareno. Aunque fuera un rudo militar su experiencia le hacía comprender que solamente el odio era quien movía los hilos de los sacerdotes y de los escribas y necesitaban tenerlo muerto para que no les estorbase su forma de vida, sus abusos con el pueblo,...como tantas veces les había echado en cara Jesús.
JAMES TISSOT.- S. XIX - XX
      Su estupefacción ante la actitud de los acusadores se mezclaba con la admiración que, a su pesar, le causaba el silencio y la entereza del reo, físicamente roto, destrozado por los malos tratos recibidos. El coloquio mantenido con su esposa acabó por convencerlo de que allí la única autoridad que prevalecía debía ser la suya e iba a hacer lo indecible por salvarlo. Y así se lo dijo en un susurro al oído de su esposa acompañado de un suave beso.
      Claudia marchó algo más tranquila, pero Poncio Pilatos retomó el paseo por las losas de la estancia y siguió pensando soluciones para detener aquella locura.

CRISTO ANTE PILATOS.-GERRIT VAN HONTHORST.-S.XVII
      Mecánicamente se dirigió a la mesita que tenía una jarra de vino y una copa. Se sirvió y tomó un trago. Luego, otro, pero el tiempo no podía controlarlo. Sin darse cuenta vio un mensajero ante él comunicándole que Herodes le enviaba de nuevo al preso para que decidiese su destino.
      Era lo que se había temido. Herodes tampoco encontraba nada peligroso ni delictivo en la conducta de Jesús y se lo devolvía. Pronto se encontró con las miradas hostiles de los jerifaltes judíos y de cuantos los acompañaban, porque notaba que no tenían ningún ánimo de prolongar aquella situación. Querían el desenlace rápido. Y éste solamente podía ser la muerte en la cruz. No otra.

      El procurador romano detestaba con toda su fuerza aquellos alborotadores que rezumaban odio hacia Jesús por todos sus poros, y la promesa hecha a su esposa le incitaba a buscar soluciones que, favoreciendo a Jesús,  perjudicara de alguna forma a sus acusadores. Lo primero que les espetó es que hasta Herodes lo encontraba inocente: 'Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo y habiéndolo interrogado yo ante vosotros, no hallé en Él delito alguno de los que alegáis contra Él. Y ni aun Herodes, pues nos lo ha vuelto a enviar. Nada, pues, ha hecho digno de muerte. Le corregiré y le soltaré'. (Lc. 23, 14-16).

      Esto enfureció a la multitud porque veía que perdían la oportunidad de quitarlo de en medio y todavía gritaban  más y más fuerte que fuese crucificado. 
BARRABÁS.-JAMES TISSOT.-S. XIX - XX 
El cerebro de Pilatos funcionaba con mucha rapidez y de súbito le vino una idea a la cabeza que podía tener buenos resultados. En las mazmorras tenía un preso llamado Barrabás que 'había sido encarcelado por un motín ocurrido en la ciudad y por un homicidio'. (Lc. 23, 19). Pensó que, según la costumbre existente de soltar un preso con motivo de la Pascua, les propondría la elección entre Jesús y el preso. Jamás se le ocurrió pensar que pudieran elegir a Barrabás por el historial delictivo que tenía.
      Así pues, les propuso: 'Hay entre vosotros costumbre de que os suelte a uno en la Pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al rey de los judíos? Entonces de nuevo gritaron diciendo: ¡No a éste, sino a Barrabás! Era Barrabás un bandolero'. (Jn. 18, 39-40).

      Le falló el plan previsto. En este momento 'envió un mensaje su mujer a decirle: -No te metas con este justo, pues he padecido mucho hoy en sueños por su causa'. (Mt. 27, 19). 
PILATOS Y SU MUJER.-JAMES TISSOT.- S. XIX - XX 
Entonces se le ocurrió recurrir nuevamente a la oratoria: 'Pilato de nuevo preguntó y dijo: -¿Qué queréis, pues, que haga de éste que llamáis rey de los judíos? Ellos otra vez gritaron. -¡Crucifícalo! Pilato, queriendo dar satisfacción a la plebe, les soltó a Barrabás'. (Mc. 15, 12-15a). 'Tomó entonces Pilato a Jesús y mandó azotarle'. (Jn, 19, 1). Luego lo presentaría a la plebe a ver si aún conseguía moverlos a compasión. 

...y de Herodes a Pilatos (II) .-02-julio-2015

Posted by Caminante y peregrino

      LUDOVICO CIGOLI.-MANIERISMO
       Todavía se oía en la estancia los cascos del caballo del mensajero del Gobernador romano que, cumplida la orden recibida, volvía a su cuartel. Había comunicado al tetrarca de Galilea que iba a recibir a Jesús el Nazareno para ser juzgado por él. Ciertamente las siete de la mañana era una hora temprana para hacer un juicio, pero no le importaba. Ya se frotaba las manos con fruición por lo inesperado de la noticia. ¡Por fin iba a ver realizado uno de los mayores deseos que tenía!  Además lo enviaba como reo para que lo juzgara, lo cual significaba que Roma lo tenía presente y lo valoraba. Habría que cultivar un poco más el trato con el procurador, extranjero, sí, pero ¡qué más daba! A fin de cuentas no le creaba ningún problema...

En cuanto al galileo...¿sería cierto que hacía tantos milagros como la gente contaba, incluso resucitando muertos? 
ANTE HERODES .- DUCCIO DI BUONINSEGNA .-  GÓTICO. 
Porque la resurrección de Lázaro había traspasado los muros de palacio y después de cuatro días muerto, estando ya en putrefacción el cuerpo, era increíble que estuviera vivo de nuevo. Pero el testimonio de quienes presenciaron el hecho, algunos de ellos de su absoluta confianza, no admitía duda alguna. Si pudiese atraérselo hacia él dándole riquezas y poderes, podría ser tal vez el Rey más famoso de la historia de Israel. Pero, claro, había dado muerte a su amigo y pariente Juan y eso podía ser un serio obstáculo. De cualquier modo había que esperar a tenerlo delante e interrogarle, y ¡quién sabe! A cambio de su libertad podría hacer algún milagro en su presencia...

      Se detuvo en sus pensamientos. Oía la chusma que acompañaba al reo y estaban muy próximos. Ordenó arreglar algo más el salón para deslumbrar al reo y a quienes lo traían. Con él estaban miembros importantes de su Corte y algunos guerreros de su guardia personal. Cuando le avisaron que ya habían llegado tomó asiento en su trono y adoptando una postura mayestática los esperó.

      Vio entrar en primer lugar al Sumo Sacerdote y los miembros del Sanedrín, que le hicieron el saludo que le correspondía, pero sus ojos se dirigían hacia el lugar por el que debía aparecer el prisionero.

ANDREA SCHIAVONE.-RENACIMIENTO
 'Viendo Herodes a Jesús, se alegró mucho, pues desde hacía bastante tiempo deseaba verle porque había oído hablar de Él y esperaba ver de Él alguna señal'. (Lc. 23, 8). Pero lo que vio fue un hombre con aspecto vejado y humillado, maltratado, sucio, debilitado, y eso no acabó de sentarle bien. Esperaba que lo hubiesen traído más presentable para llevarlo ante él.

      Jesús permanecía en pie con  los ojos bajos y sin mirar a Herodes. Esto lo desconcertó, porque sus intenciones de interrogarlo para que los sacerdotes y los sanedritas  miembros del Tribunal tuviesen ocasión de conocer su erudición, se vieron esfumadas. Aunque lo consideró una humillación, no perdió los nervios y 'le hizo bastantes preguntas, pero Él no contestó nada'. (Lc. 23, 9): 'Así que tú eres Jesús, que has llenado Israel con tus ideas absurdas, hasta que has conseguido que te detengan y te conduzcan ante mí. Cuéntame algo de lo que has ido predicando por Jerusalén últimamente'.
RETABLO DE SIJENA.- MAESTRO DE SIJENA.- GÓTICO
      Aparentemente ningún músculo se movió en el reo. Su inmovilidad y silencio fueron absolutos. 'Estaban presentes los príncipes de los sacerdotes y los escribas, que insistentemente lo acusaban'. (Lc. 23, 10). No deseaban que el tetrarca manifestase compasión alguna con el prisionero. Herodes los escuchó y aprovechó el momento para volver a su interrogatorio: 'Las acusaciones que te hace no te favorecen . Son graves, pero me da la impresión que tú no has hecho eso que dicen de ti. ¿Qué puedes responder a ellas? Qué dices de ti mismo en tu defensa?' La respuesta continuó siendo la de un hermético silencio. ¿No me respondes? ¿Te das cuenta que puedo salvarte si colaboras un  poco conmigo? A mis oídos ha llegado la noticia de tus milagros, incluido la resurrección de ese amigo tuyo de Betania. Haz algún milagro ante mí  para que conozca tus habilidades y prometo ayudarte benévolamente'. Nada. Ni media palabra.

      A la vista de eso,Herodes sacó un recurso que tenía previsto: 
JAMES TISSOT.-S. XIX-XX  
'Escúchame. Hace tiempo te envié unos fariseos para que te advirtieran que llevases cuidado con lo que ibas diciendo por ahí. ¿Recuerdas lo que les respondiste? Yo sí: "Id y decid a ese zorro: Yo expulso demonios y hago curaciones hoy, y las haré mañana, y al día tercero habré llegado a mi término. Pues he de andar hoy, y mañana, y al día siguiente, porque no conviene que un profeta perezca fuera de Jerusalén". (Lc. 13, 31-33). ¿Qué me respondes ahora? Dime. ¿Eres tú realmente el profeta que espera Israel?'
MIGUEL CABRERA.-BARROCO NOVOHISPANO.-MÉXICO

      Fue en vano. El recurso no le sirvió de nada. Herodes pudo comprobar que estaba ante una persona realmente excepcional, pero que no le seguía sus propósitos. Y esto lo enfureció, pero tuvo mucho cuidado en manifestarlo para no ser él quien quedase en ridículo ante las autoridades religiosas allí presentes y dio a entender que lo consideraba un loco. 'Herodes, con su escolta, le despreció, y por burla le vistió una vestidura blanca y se lo devolvió a Pilatos. En aquel día se hicieron amigos uno del otro, Herodes y Pilatos, pues antes eran enemigos'. (Lc. 23, 11-12). Algo más tarde de las siete de la madrugada, la comitiva retomó el regreso hacia el pretorio romano.