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arte

Es el verdadero principio de la Historia (III).- 19-03-2016

Posted by Caminante y peregrino

CRISTO MUERTO.-.PHILIPPE DE CAMPAIGNE .-S. XIX
      A nadie de cuantos habían estado presentes se les podía quitar de la cabeza la imagen del Maestro puesto en el sepulcro, rígido, con las abundantes señales de la Pasión que aunque habían comenzado a limpiarlas, todavía quedaba mucho por hacer, además de acabar de embalsamarlo. Juan, cuando alguno de los presentes le preguntaba algún detalle de la crucifixión, le respondía amablemente, pero era obvio que no le apetecía en absoluto contar nada. 
      Solamente deseaba rezar y hablar con el corazón y con el alma a su amigo: 'Maestro -le decía en su pensamiento- ¿no volveremos a verte de nuevo? ¿No volveremos a oír tus palabras explicando el Reino del Padre? Tú dijiste que resucitarías, pero el tiempo se nos hace eterno. ¿Cuándo vendrás de nuevo, Señor? ¿Cuándo te abrazaremos de nuevo?' A Juan le parecía que aquellos interrogantes caían en el vacío, en la nada, pero en el fondo seguía teniendo fe en su amigo. No los defraudaría, no. Era el Mesías. Era Dios y por lo tanto no iba a faltar a su palabra.
      'Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a ungirle'. (Mc.16, 1). 'Acabad de preparar los perfumes y los ungüentos que podamos necesitar. Juana, asegúrate que tenemos suficiente aceite de las lámparas que necesitamos para alumbrar el sepulcro'. Salomé había sacado a Juana de su ensimismamiento devolviéndola a la cruda y triste realidad. Sí. Las primeras luces del tercer día de la muerte de Jesús estaban apareciendo y debían terminar cuanto antes aquella misión.
     
      Estaban a punto de salir cuando la Madre de Jesús acudió para ir con ellas. Su rostro seguía desfigurado por el sufrimiento, el agotamiento y el llanto. Magdalena la tomó del brazo y le susurró muy tenue: 'Madre. Es preferible que te quedes. Necesitas reponer tus fuerzas, descansar más y estar preparada para lo que debamos hacer después. Sabes que puedes confiar en nosotras'. Tras un breve diálogo la Madre comprendió que así debía hacerlo. Si iba, posiblemente no las dejaría trabajar por las emociones que reviviría. Se retiró, pues, a su aposento.
      'Muy de madrugada el primer día después del sábado, en cuanto salió el sol, vinieron al monumento'. (Mc.16, 2). Se cubrieron, pues, con sus mantos, tomaron los frascos con lo que habían comprado y salieron a la calle. Poco después las siguieron otro grupo de mujeres para ayudarlas en su misión. La mañana era fría y se taparon bien para combatirlo, aunque realmente eso era lo que menos les interesaba. Lo importante era llegar cuanto antes al sepulcro. En el camino iban comentando cómo harían su trabajo cuando llegasen a su destino y una duda surgió: 'Se decían entre sí: ¿Quién nos moverá la piedra de la entrada al monumento? (Mc. 16, 3).
      La duda era más que razonable. Para cerrar la entrada habían hecho falta unos hombres fuertes que hicieran rodar la piedra, pero ellas estaban seguras de no poder hacer ese trabajo. La sombra del desánimo hizo acto de presencia un breve instante, porque María la de Santiago se encargó de hacerla desaparecer. Haciendo sonar las monedas de una bolsa no muy grande les dijo: 'No os preocupéis. Les pediremos a los guardias que nos ayuden y si se niegan o ponen excusas les daremos algo del dinero que he traído. Ya veréis como sale bien'.
      Así iban hablando y frente a ellas, aunque algo lejano, vieron como un relámpago extraordinariamente luminoso, a la vez que se producía un fuerte trueno y temblaba el suelo. Se pararon, pero pensaron en la posibilidad de que hubiera pasado algo en el sepulcro de Jesús y apresuraron el paso. Efectivamente 'algo' había pasado: 'Sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Era su aspecto como el relámpago y su vestidura blanca como la nieve. De miedo de él temblaron los guardias y se quedaron como muertos'. (Mt. 28, 2-3).
MARÍA MAGDALENA Y LAS STAS MUJERES EN LA TUMBA DE XTO.-JAMES TISSOT.-S.XIX-XX
       Cuando llegaron las mujeres, jadeantes por el esfuerzo hecho para llegar cuanto antes, se encontraron con los soldados desvanecidos, pero el personaje que estaba frente a ellas mirándolas fijamente las asustó sobremanera. No podían imaginarse ni remotamente que fuese un ángel ni tampoco lo que allí había ocurrido. 'El ángel, dirigiéndose a las mujeres, dijo: -No temáis vosotras, pues sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí; ha resucitado, según lo había dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto. Id luego y decid a sus discípulos que ha resucitado de entre los muertos y que os precede a Galilea; allí le veréis. Es lo que tenía que deciros'. (Mt. 28, 2-7).
SANTAS MUJERES EN EL SEPULCRO CON UN ÁNGEL.-BERNARD PLOCKHORST.-S. XIX - XX

Es el verdadero principio de la Historia (II).-03-marzo-2016

Posted by Caminante y peregrino

DESCENSO A LOS INFIERNOS.-ANDREA DA FIRENZA.-GÓTICO
      Jesús quedó en el sepulcro. Todos conocían que su cuerpo había quedado en el sepulcro de José de Arimatea y las santas mujeres debían terminar su embalsamamiento, lo cual no podían hacer porque al día siguiente de su entierro se celebraba el sabbat y no se podía hacer nada en absoluto que supusiera una actividad no permitida por la Ley de Moisés. Todos estaban en el edificio donde se celebró la Última Cena de Jesús con sus amigos celebrando la Nueva Pascua en la que instituyó el Sacramento de la Eucaristía. Pero desde que murió Jesús en la cruz hasta su Resurrección, ¿qué ocurrió?
      Vayamos por partes. San Mateo nos presenta un relato de los hechos que sucedieron cuando Cristo murió: 'El velo del templo se rasgó en dos partes de arriba abajo; la tierra tembló y las piedras se resquebrajaron; se abrieron los sepulcros y muchos santos que habían muerto resucitaron, salieron de los sepulcros y, después de que Jesús resucitó, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos'. (Mt. 27, 51-53). Esta es una realidad que no debemos soslayar.                                                   APARICIÓN DE MUERTOS EN JERUSALÉN.-JAMES TISSOT.-S. XIX - XX                                                        Por otra parte sabemos que todos los que murieron con anterioridad a la Resurrección de Jesucristo, y guardaron una vida honrada, cumpliendo rectamente con sus obligaciones con Dios, fueron a un "lugar" conocido con los nombres de 'sheol' o 'hades'. Los israelitas también lo conocían como 'el seno de Abraham'. Esto último lo empleó Jesús en la parábola del rico epulón y Lázaro, el mendigo. 'Un día el pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham'. (Lc. 16, 22).
      En la antigua catequesis que me enseñaron, al explicar el Credo se decía que Jesús 'bajó a los infiernos, eso es, al Limbo, y sacó las almas de los Santos Padres que estaban esperando su santo advenimiento'. En el cuarto Concilio de Letrán, en 1215, fue definida esta doctrina de Fe. 
      A partir de ahí podemos dejar paso a nuestra imaginación para pensar en lo que pudo haber ocurrido, porque otra cosa...         DESCENSO A LOS INFIERNOS.-VIKTOR VASNETSOV.-S.XIX - XX                                                          No obstante, el alma de Jesús descendió al hades con prontitud, me imagino, porque todas las personas que habían vivido según los designios de Dios eran merecedoras de recibir los frutos de la Redención: José,su padre putativo; Joaquín y Ana, padres de la Virgen y abuelos de Jesús; el anciano Simeón, que por inspiración divina y revelación del Espíritu Santo conoció al Salvador antes de morir; su primo Juan Bautista, su precursor; el Rey David; los Patriarcas y los Profetas así como las innumerables personas que pasaron por este mundo, siempre con su confianza puesta en Yavéh y con su esperanza en el Mesías que había de venir...No. No podía esperar más. Se lo habían merecido y no los defraudó.
      No me he resistido a ponerles este cuadro de abajo. El párrafo anterior lo he sacado realmente de la observación del mismo, pero dice mucho más de lo que yo he escrito sobre él.
CRISTO RESUCITADO SE APARECE A SU MADRE.-LORENZO PASINELLI.-BARROCO
      En el Nuevo Testamento encontramos estas citas: 'No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo'. (Ap. 1, 17b-18). Y en otro lugar: 'Por eso dice la Escritura: Al subir a lo alto llevó consigo cautivos, repartió dones a los hombres. Eso de "subió" ¿no quiere decir que también bajó a las regiones inferiores de la tierra?' (Ef. 4, 8-9).
DESCENSO AL LIMBO.-HANS BRÜGGEMANN.-RENACIMIENTO
      El Catecismo de la Iglesia Católica dice en su punto 635: 'Cristo, por tanto, bajó a la profundidad de la muerte (cf. Mt. 12, 40; Rom. 10, 7; Ef. 4, 9) para "que los muertos oigan la voz del Hijo de Dios y los que la oigan vivan" "Jn. 5, 25). Jesús, "el Príncipe de la vida" (Hch. 3, 15), aniquiló "mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo y libertó a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a la esclavitud" (Heb, 2, 14-15). En adelante, Cristo resucitado "tiene las llaves de la muerte y del Hades" (Ap. 1, 18) y "al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en los abismos". (Flp. 2, 10).
DESCENSO A LOS INFIERNOS. ANÁSTASIS.-MOSAICO DE LA CATEDRAL DE SAN MARCOS EN VENECIA